Esta oración fue revelada a un sacerdote devoto en Roma durante el Santo Sacrificio de la Misa, para que aquellos que recen esta oración con devoción y fe sean librados de los grandes sufrimientos que pronto llegarán al mundo entero.
Oh Jesús, Divino Salvador, ten piedad, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Amén.
Dios poderoso, Dios santo, Dios inmortal, ¡ten compasión de nosotros y del mundo entero! Amén.
Gracia y Misericordia, Jesús mío, durante el presente peligro, ¡protégenos con Tu Preciosa Sangre! Amén.
Padre Eterno, muéstranos misericordia en el Nombre de la Preciosa Sangre de Tu único Hijo, ¡muéstranos misericordia, Te lo imploramos! Amén.
Nihil Obstat: Arthur J. Scanion
Imprimatur: Patrick Cardinal Hayes, Arzobispo de NY 1936.
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