Glorioso San Benito, sublime modelo de virtud, vaso puro de la gracia de Dios. Contempla cómo me arrodillo humildemente a tus pies.
Te imploro en tu amorosa bondad que ruegues por mí ante el trono de Dios.
A ti recurro en los peligros que me rodean diariamente.
Protégeme contra mi egoísmo y mi indiferencia hacia Dios y hacia el prójimo.
Inspírame para imitarte en todo.
Que tu bendición me acompañe siempre, para que pueda ver y servir a Cristo en los demás y trabajar por su reino.
Obtén para mí de Dios los favores y las gracias que tanto necesito en las pruebas, miserias y aflicciones de la vida.
Tu corazón estaba siempre lleno de amor, compasión y misericordia hacia los que estaban afligidos o atribulados de alguna manera.
Nunca dejaste sin consuelo y ayuda a quien recurría a ti.
Por ello, invoco tu poderosa intercesión, confiado en la esperanza de que escucharás mis oraciones y me obtendrás la gracia y el favor especiales que imploro con insistencia.
{menciona tu petición}
Ayúdame, gran San Benito, a vivir y morir como un fiel hijo de Dios, a correr en la dulzura de su amorosa voluntad y a alcanzar la felicidad eterna del cielo.
Amén.
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