NOVENA A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESUS
ORACION PARA TODOS LOS DIAS
¡Santa Teresita! Vengo a tus plantas lleno de confianza a pedirte favores. La cruz de la vida me pesa mucho y no encuentro más que espinas entre sus brazos. ¡Florecita de Jesús! Envía sobre mi alma una lluvia de flores de gracia y de virtud para que pueda subir al Calvario de la vida embriagado en sus perfumes. Mándame una sonrisa de tus labios de cielo y una mirada de tus hermosos ojos… Que valen más tus caricias que todas las alegrías que el mundo encierra. ¡Dios mío! Por intercesión de Santa Teresita dadme fuerza para cumplir exactamente con mi deber, y concededme la gracia que en esta novena le pido. Amén.
DIA PRIMERO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel volcán de amores que inflamó tu corazón, cuyos divinos ardimientos fueron el dulce martirio que consumió tu vida “con ansias de amores inflamada”, haz que también yo, ¡Oh Santa Teresita! A solo Dios entregue totalmente mi corazón con todas sus esperanzas y con todos sus ensueños, para que le transforme y le resucite y le salve. Amén.
DIA SEGUNDO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los perfumes de santidad que exhalaste durante tu vida escondida cual humilde violeta en el jardín del Carmelo, que pueda también mi alma, libre de los malos olores del pecado, agradar a Dios con el suave olor de las virtudes cristianas. Amén.
DIA TERCERO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los pasos de inocencia y de candor que diste en la florida senda de tu caminito, que fe camino de infancia espiritual, haz que los pasos de mi vida no corran por los derroteros de la perdición; sino que, pasito a paso, suba la senda -cuesta arriba- que conduce a la gloria. Amén.
DIA CUARTO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la celestial pureza que adornó tu corazón cual los lirios a los valles y la “nieve” a las alturas, alcánzame, azucena del Carmelo, la pureza en pensamientos, palabras y obras. Defiéndeme en la tentación, y cubre con las azucenas de tu pureza la fealdad de este pobre corazón mío inquieto y apasionado. Amén.
DIA QUINTO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el empeño grande que pusiste en “pasar por la Tierra haciendo el bien”, y en esparcir en los corazones el amor y la esperanza, haz que también yo pase mi vida sembrando bondades para recibir allá arriba el galardón seguro de ciento por uno con la vida perdurable y feliz. Amén.
DIA SEXTO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquella continua tendencia de “empequeñecerse” que fue el lema de tu santa vida, haz sepa también yo ser un “alma tan pequeñita” que encuentre la verdadera grandeza en los brazos del sacrificio y de la Cruz, y aprenda a ser grande en lo pequeño y amar la humildad… la “pequeñez” para entrar más fácilmente por las puertas de la gloria al gozo eterno. Amén.
DIA SÉPTIMO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel martirio tan continuado que sufrió tu espíritu en la incesante negación de la naturaleza, haz que aprenda a negar mis caprichos y veleidades, y a pagar, cual tú los desprecios del prójimo con una sonrisa heroica y celestial. Amén.
DIA OCTAVO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la paciencia admirable con que supiste disimular y sufrir las enfermedades que en la Cruz te pusieron, ¡oh! Que pueda yo también, santita mía, llevar con alegría, a lo menos con conformidad con la voluntad de Dios los achaques y miserias de este cuerpo de barro, para que un día resucite embellecido en la gloria. Amén.
DIA NOVENO.- Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el heroico valor con que apuraste el cáliz hasta las heces en el trance amargo de tu agonía; y por la dulce calma con que esperaste a la fría llamada de la muerte, pueda yo también cerrar los ojos a esta vida mortal repitiendo las hermosas palabras que al morir pronunciaste: “¡Oh!... ¡Le amo!... ¡Dios mío, os amo!!! Amén.
DEVOCIÓN DIARIA A LA SANTISIMA TRINIDAD
PADRE ETERNO
que estáis en los cielos, donde coronáis los méritos de aquellos que en este mundo os sirven con fidelidad: por el amor que os profesaba vuestra pequeña hija Teresa del Niño Jesús, que con filial confianza esperaba “que harías su voluntad en el Cielo, como ella había hecho la vuestra en la tierra”, mostraos propicio a sus súplicas y por ellas dignaos escuchar mis oraciones.
Padre Nuestro, Avemaría, y Gloria
HIJO ETERNO DEL PADRE
Que habéis prometido recompensar los más pequeños favores prestados al prójimo en vuestro nombre, dirigid una mirada benigna sobre vuestra pequeña hija Teresa del Niño Jesús, que con tanto celo trabaja por la salvación de las almas. Por todo lo que ha hecho y sufrido en la tierra, dignaos escuchar constantemente su promesa de pasar el Cielo “haciendo bien en la tierra”: Por estos votos concededme las gracias que deseo ardientemente.
Padre Nuestro, Avemaría, y Gloria
ESPIRITU SANTO Y ETERNO
Que con tantas gracias de amor habéis perfeccionado el alma bendita de Santa Teresa del Niño Jesús, os ruego por la fidelidad con que ella ha correspondido a ese amor, que escuchéis las súplicas que ella os dirige por mi y recordéis su promesa de “hacer caer del Cielo una lluvia de rosas”, y concededme, oh Divino Espíritu, la realización de esta promesa.
Padre Nuestro, Avemaría, y Gloria
JACULATORIA DIARIA
¡Oh santita sin igual! Enséñanos el “caminito” de tu infancia espiritual.
ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS
¡Oh Santa Teresita del Niño Jesús! Que en tu corta existencia has sido un espejo de angelical pureza y de tan generoso abandono en Dios, ahora que gozas del premio de tus virtudes, echa una mirada de compasión sobre mí que completamente me confío a ti. Haz tuya mi aflicción, dile por mi una palabra a la Virgen Inmaculada, de la que fuiste “la Flor privilegiada de la Reina de los Cielos” que te sonrió en la primavera de la vida; suplícale que Ella, tan poderosa sobre el Corazón de Jesús, me conceda la gracia que pido con tanto afán, acompañándola de una bendición que me fortifique durante la vida y me defienda en el momento de la muerte y me conduzca a la felicidad eterna.
Salve Regina…
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