Oh Reina del Santo Rosario, en estos tiempos de tanta impiedad, manifiesta tu poder con los signos de tus antiguas victorias, y desde tu trono, desde el cual dispensas perdón y gracias, mira misericordiosamente a la Iglesia de tu Hijo, su Vicario en la tierra y a toda orden de clérigos y laicos, que están muy oprimidos en el violento combate.
Tú, que eres la poderosa vencedora de todas las herejías, apresura la hora de la misericordia, aunque la hora de la justicia de Dios sea cada día provocada por los innumerables pecados de los hombres. Para mí, que soy el más pequeño de los hombres, que me arrodillo ante Ti suplicándote, obtén la gracia que necesito para vivir con justicia en la tierra y reinar entre los justos en el cielo, mientras que en compañía de todos los fieles cristianos del mundo entero, te saludo y te aclamo como Reina del Santísimo Rosario.
Oh María, Reina del santísimo Rosario, ruega por nosotros.
+Amen...
En reparación al Inmaculado Corazón de María y por la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María como ella lo pidió.
Por la conversión de Roma.
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Amen
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Amen