En tu nacimiento, oh Jesús, una estrella de maravilloso esplendor brilló en los cielos orientales y llevó a Belén a los Reyes Magos, aquellos enviados de pueblos lejanos y paganos, incluso cuando el Ángel, bañado en luz celestial, convocaba a tu pesebre a los pastores como representantes del pueblo elegido. Tanto los gentiles como los judíos, deben reconocer en Ti, un pobre e indefenso Niño, al Rey Todopoderoso de los tiempos, el Salvador de la humanidad. Ni el cetro ni la diadema revelaron Tu estado de rey; ni las dulces armonías, ni las huestes de ángeles que se reunían alrededor de Tu pesebre revelaron Tu naturaleza divina; pero la estrella que brillaba sobre Tu miserable establo señalaba los Cielos, la tierra y el universo entero como Tus posesiones absolutas; como los Reyes Magos, que inspirados por tu gracia, viniendo rápidamente desde lejos, sin preocuparse por los peligros, superando todas las dificultades y abrazando todos los sacrificios, llegaron a tus pies y arrodillándose en reverencia te ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra. Sedientos de Dios, habían ido ansiosamente en busca de Ti, y Tú te revelaste a ellos de una manera maravillosa, mientras aún estaban en tu cuna, llenándolos de alegría y transformándolos en los primeros mensajeros de Tus glorias a los pueblos del Este.
Después de la aparición de la estrella, que bastó para que los Reyes Magos se convirtieran en tus ardientes seguidores, Oh Jesús, ¡demostraste tu divinidad! Sin embargo, ¡qué oscuridad aún ensombrece nuestras pobres mentes! ¡Cuán a regañadientes nuestras voluntades ceden a los amorosos impulsos de tu gracia, aunque no se resistan abiertamente a ti! Danos, por tanto, oh Jesús, la fuerza para responder siempre con prontitud y generosidad a tu llamada, y concede que la luz divina de la fe, que fue encendida por Ti dentro de nosotros mientras aún estábamos en nuestras cunas, pueda acompañarnos siempre en el camino de la vida, hasta que, bendecidos al fin en el Cielo, seamos capaces de fijar nuestros ojos en Ti en la luz de la gloria. +Amen.
Por todos los Cruzados, sus necesidades e intenciones tanto temporales como espirituales durante este Año Nuevo.
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