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OFICIO DE LA INMACULADA CONCEPCION

Escrito en Italia en el siglo XV por el franciscano Bernardino de Bustis y aprobado por el Papa Inocencio XI en 1678, el Oficio de Nuestra Señora es un acto de alabanza y agradecimiento a la Virgen María, Madre de Dios, a través de su Inmaculada Concepción. Puede ser recitado de una sola vez o de acuerdo a la Liturgia de las Horas. Hay informes que dicen que cuando uno reza el Oficio de la Inmaculada Concepción, Ella se arrodilla en el cielo intercediendo por aquellos que lo rezan. San Alonso Rodríguez es el traductor del latín al español, y él solía decir que Nuestra Señora concede milagros a través de esta oración.

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A MAITINES Y LAUDES

Labios míos, cantad de noche y día

las grandes alabanzas de María.

Señora, a mi favor y amparo atiende

y de mis enemigos me defiende.

Gloria sea al Padre Eterno,

Gloria al Hijo soberano,

Y por siglos infinitos

Gloria al Espíritu Santo.

HIMNO

Salve, del mundo Señora,

Salve, de los cielos Reina,

Virgen de vírgenes pura,

Salve, Matutina Estrella.

Salve, la llena de gracia,

Luz divina, clara y bella;

Al socorro de los hombres,

Ven Señora, ven apriesa.

Dios te escogió para Madre

De aquella Palabra Eterna,

En quien y por quien produjo

Aire, cielo, mar y tierra.

Y así benigno te adorna

Como a esposa suya tierna,

En quien del hombre primero

No cayó la culpa fea.

 

Fue escogida de Dios y preservada

dándole habitación en su morada.

Oye Virgen, mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos.

ORACION

Santa María, Reina de los cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo, que a ninguno desamparas ni desechas, mírame Señora benignamente, con ojos de piedad, y alcánzame de tu Hijo perdón de todos mis pecados, para que yo, que con devoto afecto celebro ahora tu Inmaculada Concepción, reciba después el galardón de la bienaventuranza, concediéndomelo el mismo a quien pariste, quedando Virgen, Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oye Virgen mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos.

Bendigamos al Señor,

Gracias al Dios bienhechor;

Y las almas de los fieles

Por su piedad sempiterna

Gocen de la gloria eterna.

A PRIMA

Señora, a mi favor y amparo atiende

y de mis enemigos me defiende.

Gloria sea al Padre Eterno,

Gloria al Hijo soberano,

Y por siglos infinitos

Gloria al Espíritu Santo.

HIMNO

Dios te salve, sabia Virgen,

Casa de Dios do se hallan

Siete columnas de dones

Y un aparador de gracias.

De toda infección de culpa

Altamente preservada,

Antes Santa que nacida,

En el mismo vientre de Ana.

Tú eres madre de vivientes,

De los Santos puerta santa,

De Jacob estrella, y Reina

De la angelical escuadra.

Pues eres al enemigo

Escuadrón que le acobarda,

Sirve de puerto y refugio

A los fieles que te llaman.

Formola Dios en Gracia y sin pecado

y prefiriola a todo lo creado.

Oye Virgen, mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos

ORACION

Santa María, Reina de los cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo, que a ninguno desamparas ni desechas, mírame Señora benignamente, con ojos de piedad, y alcánzame de tu Hijo perdón de todos mis pecados, para que yo, que con devoto afecto celebro ahora tu Inmaculada Concepción, reciba después el galardón de la bienaventuranza, concediéndomelo el mismo a quien pariste, quedando Virgen, Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oye Virgen mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos.

Bendigamos al Señor,

Gracias al Dios bienhechor;

Y las almas de los fieles

Por su piedad sempiterna

Gocen de la gloria eterna.

 

A TERCIA

Señora, a mi favor y amparo atiende

y de mis enemigos me defiende.

Gloria sea al Padre Eterno,

Gloria al Hijo soberano,

Y por siglos infinitos

Gloria al Espíritu Santo.

 

HIMNO

Salve, Arca del Testamento,

Trono real de Salomón,

Iris de paz del mundo

Zarza que no se abrasó.

Vara de Jesé florida,

Blanca piel de Gedeón,

Puerta cerrada a la culpa,

Panal que Sansón halló.

Fue sin duda conveniente

Que el Hijo, que lo es de Dios

Librase de aquella mancha

De quien Eva fue ocasión.

A la que por Madre suya

Con propiedad escogió,

No permitiendo en su pecho

Ni mancha ni imperfección.

En la alteza mayor mi casa tuve.

-y de trono me sirve hermosa nube.

Oye Virgen, mis ruegos y suspiros

-y llegue mi oración a tus oídos

ORACION

Santa María, Reina de los cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo, que a ninguno desamparas ni desechas, mírame Señora benignamente, con ojos de piedad, y alcánzame de tu Hijo perdón de todos mis pecados, para que yo, que con devoto afecto celebro ahora tu Inmaculada Concepción, reciba después el galardón de la bienaventuranza, concediéndomelo el mismo a quien pariste, quedando Virgen, Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oye Virgen mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos.

Bendigamos al Señor,

Gracias al Dios bienhechor;

Y las almas de los fieles

Por su piedad sempiterna

Gocen de la gloria eterna.

A SEXTA

Señora, a mi favor y amparo atiende

y de mis enemigos me defiende.

Gloria sea al Padre Eterno,

Gloria al Hijo soberano,

Y por siglos infinitos

Gloria al Espíritu Santo.

 

HIMNO

Dios te salve, Virgen Madre,

Templo de la Trinidad,

Gozo de los Serafines,

Retrato de puridad.

Refugio del afligido

Huerto do el deleite está,

Palma de paciencia y cedro

De inviolable castidad.

Tú en la tierra eres bendita

De tribu sacerdotal,

Santa siempre y siempre libre

De la desgracia de Adán.

Ciudad donde Dios habita,

Por cuya puerta oriental

Todas las gracias entraron

En Ti, Virgen singular.

Como entre espinas azucena hermosa

-es entre todas mi querida Esposa.

Oye Virgen, mis ruegos y suspiros

-y llegue mi oración a tus oídos

ORACION

Santa María, Reina de los cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo, que a ninguno desamparas ni desechas, mírame Señora benignamente, con ojos de piedad, y alcánzame de tu Hijo perdón de todos mis pecados, para que yo, que con devoto afecto celebro ahora tu Inmaculada Concepción, reciba después el galardón de la bienaventuranza, concediéndomelo el mismo a quien pariste, quedando Virgen, Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oye Virgen mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos.

Bendigamos al Señor,

Gracias al Dios bienhechor;

Y las almas de los fieles

Por su piedad sempiterna

Gocen de la gloria eterna.

 

A NONA

Señora, a mi favor y amparo atiende

y de mis enemigos me defiende.

Gloria sea al Padre Eterno,

Gloria al Hijo soberano,

Y por siglos infinitos

Gloria al Espíritu Santo.

 

HIMNO

Salve, ciudad de refugio,

Y torre bien guarnecida,

Donde sus armas y escudos

El gran David deposita.

En tu Concepción saliste

De caridad encendida

Y así del dragón soberbio

Quebrantaste la malicia.

Verdadera mujer fuerte,

Casta Judith no vencida,

Abigail que al verdadero

David en su seno abriga.

Fue del salvador de Egipto,

Madre Raquel por su dicha;

Pero al Salvador del mundo

Trajo en su vientre María.

Toda eres hermosa, Amada mía

-y mancha no hay en ti, bella María.

Oye Virgen, mis ruegos y suspiros

-y llegue mi oración a tus oídos

ORACION

Santa María, Reina de los cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo, que a ninguno desamparas ni desechas, mírame Señora benignamente, con ojos de piedad, y alcánzame de tu Hijo perdón de todos mis pecados, para que yo, que con devoto afecto celebro ahora tu Inmaculada Concepción, reciba después el galardón de la bienaventuranza, concediéndomelo el mismo a quien pariste, quedando Virgen, Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oye Virgen mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos.

Bendigamos al Señor,

Gracias al Dios bienhechor;

Y las almas de los fieles

Por su piedad sempiterna

Gocen de la gloria eterna.

 

A VISPERAS

Señora, a mi favor y amparo atiende

y de mis enemigos me defiende.

Gloria sea al Padre Eterno,

Gloria al Hijo soberano,

Y por siglos infinitos

Gloria al Espíritu Santo.

 

HIMNO

Salve reloj donde el sol

Atrás volvió su carrera

Diez líneas para que el Verbo

Tomase la carne nuestra.

Porque los hombres subiesen

De lo bajo a su alteza,

Quiso ser menos que el Ángel

Del Dios de bondad inmensa.

Tanto en este Sol los rayos

En María reverberan,

Que en su Concepción dichosa

Luciente aurora se muestra.

Lirio, que libre de espinas,

Quiebra al dragón la cabeza,

Y hermosa luna que a todos

De noche camino enseña.

A luz saqué la luz del mismo cielo.

-y cubrí como nube todo el suelo.

Oye Virgen, mis ruegos y suspiros

-y llegue mi oración a tus oídos

ORACION

Santa María, Reina de los cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo, que a ninguno desamparas ni desechas, mírame Señora benignamente, con ojos de piedad, y alcánzame de tu Hijo perdón de todos mis pecados, para que yo, que con devoto afecto celebro ahora tu Inmaculada Concepción, reciba después el galardón de la bienaventuranza, concediéndomelo el mismo a quien pariste, quedando Virgen, Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oye Virgen mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos.

Bendigamos al Señor,

Gracias al Dios bienhechor;

Y las almas de los fieles

Por su piedad sempiterna

Gocen de la gloria eterna.

 

A COMPLETAS

Señora, por tus ruegos aplacado

-no nos muestre Jesús el rostro airado.

Señora, a mi favor y amparo atiende

-y de mis enemigos me defiende

Gloria sea al Padre Eterno,

Gloria al Hijo soberano,

Y por siglos infinitos

Gloria al Espíritu Santo

HIMNO

Salve, Virgen floreciente,

Y Madre de Dios intacta,

Por Reina de la clemencia

Con estrellas coronada.

Más que los Ángeles todos

Pura, limpia, Inmaculada,

Que en la diestra de tu Esposo

Brocados vistes de gracia.

Por Ti, (de la gracia Madre,

De afligidos la esperanza,

Luciente estrella del mar,

Puerto que al náufrago amparas.

Patente puerta del cielo,

Salud que al enfermo sanas),

Veamos al Rey, tu Hijo,

En la corte soberana

Buen olor derramado es, Virgen Pura

-Tu nombre, y todos aman tu hermosura.

Oye Virgen, mis ruegos y suspiros

-y llegue mi oración a tus oídos

ORACION

Santa María, Reina de los cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo, que a ninguno desamparas ni desechas, mírame Señora benignamente, con ojos de piedad, y alcánzame de tu Hijo perdón de todos mis pecados, para que yo, que con devoto afecto celebro ahora tu Inmaculada Concepción, reciba después el galardón de la bienaventuranza, concediéndomelo el mismo a quien pariste, quedando Virgen, Jesucristo Nuestro Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oye Virgen mis ruegos y suspiros

y llegue mi oración a tus oídos.

Bendigamos al Señor,

Gracias al Dios bienhechor;

Y las almas de los fieles

Por su piedad sempiterna

Gocen de la gloria eterna.

 

OFRECIMIENTO

Con humildad de ofrecemos,

Virgen generosa y pía,

Estas horas dedicadas

A tu Concepción divina.

Haz que el paso enderecemos

Con próspero fin en vida,

Y en la muerte nos ampares,

Oh dulcísima María. Amén.

 

ANTIFONA

Esta es la vara en la cual no hubo el nudo de la culpa original, ni la corteza de la culpa actual.

En tu Concepción Oh Virgen, Inmaculada fuiste.

-Ruega por nos al Padre, cuyo Hijo al mundo diste.

 

ORACION

Señor y Eterno Padre, que por la Inmaculada Concepción de la Purísima Virgen María, preparaste digna morada a tu eterno Hijo; suplicámoste que, así como la preservaste de toda mancha y culpa original por haber previsto la muerte de su Hijo y tuyo, así también nos concedas que, mediante su intercesión, lleguemos puros sin ninguna mancha a tu divina presencia. Lo cual te suplicamos por el mismo Señor Jesucristo, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

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