OTRA NOVENA A SAN RAFAEL ARCANGEL

NOVENA AL GLORIOSO PRINCIPE Y SAGRADO ARCANGEL SAN RAFAEL

Médico y medicina de los dolientes, guía y defensa de los caminantes, abogado y protector de los pretendientes, consuelo y alivio de los afligidos

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DEVOCION E INTRODUCCION.

 

La devoción al glorioso San Rafael, es un medio poderosísimo para alcanzar de Dios nuestro Señor bienes espirituales y temporales. Para la cual, aunque con tibio espíritu, aconsejo a todos a los fieles cristianos tengan a este sagrado Arcángel por abogado para alcanzar las perfecta salud de alma y cuerpo, con innumerables bienes y frutos y bendición de la Majestad de Dios, por la intercesión de este poderoso Arcángel que tantas señas ha dado a los mortales de ser el que los favorece con el Señor; y por tenerle olvidado experimentamos notables faltas en muchas cosas, y en particular en la salud, y se ven muchas casas ricas sin sucesión: tengan devoción a este soberano Arcángel, y lo tendrían todo, como que es medicina de Dios. Considero no haber quien repare en mi solicitud, que es tal nuestra mísera naturaleza que hacemos mas reparo en lo que nos aprovecha para nada y nos daña para todo el bien. El que deseo es grande: el favor de San Rafael es en sumo grado. Si repararen en mi pasión, diciendo que por todos los santos hace Dios grande favores a los hombres, yo también lo digo; pero nuestra Santa Iglesia dice: “Baje del cielo Rafael médico de la salud, y curemos de todas las enfermedades.” Pudiera llamar a otros santos, y solo llama a San Rafael como a quien toca estos cargos, por ser destinado del Señor para remedio de los mortales.

Los gloriosos doctores de la Iglesia, San Agustín y San Jerónimo afirman que cuando se ve milagrosa salud, se enviado Rafael del Señor para remedio de aquella dolencia. No digo las curaciones que hizo con la remisión de las aguas de la piscina; ni con el mozo, nicon su esposa, que vivieron su quinta generación, porque de esto diremos en el discurso de su novena. Tampoco refiero lo que hizo con el glorioso patriarca San Juan de Dios, como lo refiere su vida; no lo que hizo con San Pedro mártir, ni con el que curó de su orden la gota coral, ni muchos prodigios que ha hecho, ni puedo decir los que hará; solo diré uno, en gloria de la España, aunque mal agradecido por el olvido en que tiene a este soberano médico de cámara del Señor.

A la ciudad de Córdova vino una peste que la llenó de muertos, castigo de la mano de Dios; de suerte que los que más morían sin confesiones, por haber muerto muchos confesores, y los pocos que había no podían asistir a tantos enfermos. Andaba entre ellos Fr. Simón de Sousa, comendador del convento de nuestra Señora de la Merced, que era muy devoto de este soberano Arcángel, no solo confesando sino dando limosna a los pobres en honra del glorioso Arcángel; mas traspasado de dolor de ver aquella desdicha, se vino a media noche a su convento y entró en el coro, y aclamando a la Reina de los ángeles, le pedía el médico perfecto Rafael, y a el que le favoreciese como amigo en aquel castigo del Señor. A estos clamores de Fr. Simón, no se hizo sordo este poderoso Arcángel, y se apareció diciendo estas palabras.

“Yo soy Rafael, que vengo a premiar tu ruego y a la limosna que a los ojos del Señor, vale tanto, como la humildad y caridad, que por ti ha levantado el azote de su justicia contra este pueblo; y di al obispo, que ponga mi imagen en el pináculo de la torre de la catedral, y exhorte a los fieles a mi devoción, y que serán redimidos, siempre que a la Reina de los ángeles pidan la medicina del Señor: y que a los que trajeren mi imagen, los liberé de todo mal, y en particular, del demonio Asmodeo, presidente de la lujuria, que es el pecado que tanto daño hace para ganar la gracia de Dios.”

Todo se lo declaró Fr. Simón a este obispo; y la ciudad quedó libre y le dotaron fiestas a San Rafael el día siete de Mayo. Esto hace con sus devotos este poderoso Arcángel: lo mismo hará con nosotros, si hacemos lo que debemos: demos limosna en honor suyo, que es toda salud y bienes; y da hijos y el cielo: y el juntar tesoros y no dar a los pobres, solo da tropiezos y caídas, y el mayor, que es perder a Dios, dejándonos acá los bienes que fueron males para nuestra ruina: tengamos un amigo para todo, no aguardemos el día de la tribulación. ¿Mas qué día no es de tribulación con este mísero mar de tantas olas? Seamos barca de las que suben a Dios, no seamos de las desdichadas que se sumen a las tristes y lamentosas cavernas. Encargo mucho este devoción para la guía de todo el bien, caridad y grande amor que nos tiene San Rafael como amigo de Dios; y nosotros podemos tener con poco un amigo con tanto bien, pues solo interesa el nuestro, para que gocemos la bienaventuranza que tanto vale, para lo que fuimos redimidos con la preciosísima sangre de Jesús; no perdamos tiempo a tanta gloria: y yo se los suplico, soberano Arcángel, mira el bien de mi prójimo con aquella caridad con que miraste a todos y a los demás santos de que queda echa mención.

  

ADVERTENCIAS.

Forma de hacer esta novena con mayor perfección y fruto

 

La primera y más principal es confesar y comulgar para ponerse por este medio de gracia y amistad de Dios, pues así nos concederá su Majestad, como amigos suyos, los favores que le pedimos y deseamos: y aunque esta diligencia se debía hacer el primer día, se puede trasladar a cualquier de los de las novena. La segunda y muy esencial, es el obligar a la Reina de los ángeles, renovando en nuestras almas las de vocaciones antiguas y acrecentándolo la confianza en la protección de esta poderosísima Señora, pues todos los beneficios y favores que comunica Dios a sus criaturas, pasan y se participan por las liberales manos de su Santísima Madre.

La tercera, y mas propia, es procurar imitar aquellas especiales virtudes que ejecutaban el santo Tobías por las cuales mereció que el santo Arcángel le comunicarse tan singular favores. Estas segundas, las refiere el mismo Santo Arcángel, fueron la oración, la limosna, el ayuno, la caridad con los prójimos, y la misericordia y piedad con los difuntos. Estas mismas procurarán ejecutar, en cuanto pudiere, el que hiciere esta novena, y espere logará lo que tan cumplidamente logró el mismo Tobías;  pues como dice la Historia Sagrada, el santo Arcángel ofreció y presentó en la presencia del Señor sus oraciones y ruegos, y lo consiguió

 De su Majestad aún mucho más de lo que deseaba. Se puede hacer esta novena en cualquier tiempo del año, cuando la necesidad o devoción de cada uno le dictare; pero parece que será muy acertada, por lo que mira a la devoción pública, hacerle desde el diez y seis de Octubre, para que se acabe el día veinticuatro, pues es día en que la Iglesia celebra la fiesta del santo Arcángel. Por lo que toda a la devoción privada de cada uno, la novena en nueve lunes continuados, por ser este el día dedicado a los coros de los ángeles. También la podrán hacer en cualquier día y tiempo del año, y tal pude ser urgencia y necesidad, que se podrá hacer en el espacio de un día, en nueve tiempos oportunos y descontinuados. También la podrán hacer cuando se ha de emprender un viaje largo, ya será por tierra, ya sea por mar, por ser este santo Arcángel el especial protector en los caminos, También cuando se pretende tomar estado, por el singular acierto que tiene San Rafael en punto tan dificultoso de acertar; en las cobranzas dificultosas se pueden también obligar al santo Arcángel con su novena, porque fue el más desinteresado agente en la cobranza de Tobías;  y sobre todo, en las enfermedades, porque su mismo nombre Rafael, es lo propio que medicina de Dios, y esta sagrada medicina la encontrará siempre con seguridad el que con fervor y confianza hiciese la novena a este sagrado príncipe y soberano Arcángel San Rafael, procurando hacerle delante de su santa imagen, en la Iglesia o en su casa.  

PRIMER DIA. 

Puesto de rodillas delante de la imagen del glorioso Arcángel San Rafael, se dará principio a la novena con la señal de la Santa Cruz; y levantando el corazón a Dios procurará alentar la confianza, avivar la fe haciéndose presente con la consideración de la corte celestial, a la Reina de los ángeles, como especial abogada nuestra; en cuya presencia con humildad, dolor y arrepentimiento, dirá de todo corazón el acto de contrición, y después la siguiente. 

ORACION. 

Glorioso Arcángel San Rafael, sagrado príncipe de los siete que asisten en el trono supremo del mismo Dios, si es para gloria de su Majestad divina y para honra de vuestra alteza que yo consiga lo que deseo y pido en esta novena, alcanza esta gracia del Señor; y si  no enderezad mi petición y pedir para mí, a Dios, aquello que más me conviene para mayor gloria suya, salud y provecho de mi alma. Amen. 

ORACION. 

Dios y Señor de los ángeles, a los cuales encomiendas la guarda de los hombres; yo os ofrezco los merecimientos de estos soberanos espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, que siendo de los superiores, bajo a ser guía, guarda y compañero de aquel piadoso joven Tobías, librándolo en los caminos de los peligros de cuerpo y alma; yo os suplico que me concedáis la guarda, guía y protección de este soberano Arcángel, y la gracia que pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amen.

Aquí se rezan tres Padres nuestros y tres Ave Marías, y después esta: 

ORACION 

Santísimo príncipe de la gloria y poderoso Arcángel San Rafael; grande en los bienes de la naturaleza, grande en los dones de la gracia, grande en el ardor de la caridad, grande en el resplandor de la sabiduría, grande en la piedad con los hombres, grande en poder contra los demonios, grande en la dignidad, grandísimo en la humildad, medicina de Dios, médico de la salud, príncipe de los médicos, perfectísimo en las curaciones, salud de los enfermos, luz de los ciegos, gozo de los afligidos, custodia de los caminantes, guía de los peregrinos, maestro de los que desean la perfección, protector de la virtud, celador de la gloria de Dios, ensalzador de limosna, del ayuno y de la oración: ruégote piadosísimo príncipe, por aquella caridad con que acompañas a Tobías el mozo, guardándole de muchos peligros y librándole a él y Sara su esposa de aquel cruel demonio Asmodeo, sanando al anciano Tobías de la enfermedad que padecía en los ojos, y llenándole su casa y familia de muchos bienes, me asistas en las enfermedades,  me acompañes en los caminos, y me defiendas del demonio de la torpeza, para que viviendo castamente en esta vida, merezca ver la luz de Dios en la eterna: y también te suplico me alcances lo que pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios. Amen.

Después, alentando cuando se pudiere la confianza con las palabras que a cada uno dictare su afecto, le pedirá a San Rafael el favor que en especial desea conseguir, y luego para obligar a Dios podrá por intercesora a la Reina de los ángeles diciendo esta:

ORACION

Oh Soberana Reina de los cielos y Señora de todos los nueve coros, María Santísima! Digna Madre de mi Señor Jesucristo, templo vivo de la Divinidad, depósito de los tesoros de su gracia, principio de nuestro remedio, restauradora de la universal ruina de linaje humano, nuevo gozo de los santos, alegría de las obras del Altísimo y único instrumento de Omnipotencia: confiésote por Madre dulcísima de misericordia, refugio de los miserables, amparo de los pobres, consuelo de los afligidos; y todo lo que en ti, por ti y de ti confiesan los espíritus angelicales y los santos, todo los confieso; y lo que en ti y por ti alaban a la Divinidad y la glorifican, todo lo alabo y glorifico y por todo te bendigo, magnifico y creo, pues el poder divino convida a todos los pobres, desvalidos ignorantes, pecadores, grandes, pequeños, enfermos, flacos, y todos los hijos de Adán, de cualquier estado, condición y sexo, prelados, príncipes e inferiores, para que vengan por su infinita liberal Providencia, por la intercesión  de la que dio carne humana al Verbo, porque sólo Ésta es poderosa para solicitar nuestro remedio y alcanzarle. Por tanto, sagrada Reina de todas las jerarquías, os pido y suplico en nombre de todas ellas, nos alcancéis de vuestro querido Hijo la exaltación de su santo nombre en todas las cuatro partes del mundo, salud espiritual de las almas, extirpación de las herejías, la ruina del soberbio príncipe de las tinieblas, la universal extensión de la Santa Iglesia, paz y concordia entre los príncipes cristianos, para que todos eternamente alabemos al santo nombre de Jesucristo, a quien sea la gloria por todos los siglos de los siglos. Amen.

Se acabará esta novena con la conmemoración del Santo Arcángel.  

ANTIFONA.

Gloriosísimo príncipe San Rafael Arcángel, tenednos siempre presentes, y aquí y en todas partes rogad al Hijo de Dios continuamente por nosotros.

El ángel se paró junto al ara del templo.

Teniendo en sus manos un incensario de oro.  

ORACION

Dios Omnipotente, que diste al Arcángel San Rafael por compañero en su viaje a tu siervo Tobías; concédenos que del mismo seamos protegidos siempre, y defendidos con su protección benéfica,  por nuestro Señor Jesucristo. Amen.

En esta misma conformidad se hará en todos los nueve días, mudando solo la oración que corresponde al coro de los ángeles, es cuyo lugar su irán diciendo por su días las que siguen. 

SEGUNDO DIA.

Dios y Señor de Los Arcángeles, a los cuales encomendáis los negocios gravísimos de vuestra gloria y utilidad de los hombres; yo os ofrezco los merecimientos de estos diligentísimos espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael a quien enviasteis cómo ministro de vuestras piedades para asistir a los negocios y encargos de las cobranzas y casamientos del obediente mancebo hijo de Tobías, el cual logró, por su mérito y con toda felicidad lo que deseaba: yo os suplico que me concedáis el acierto en todos los negocios que se encarguen a mi cuidado, y en cumplimiento  de mis obligaciones, también la gracia que os pido en esta novena a mayor honra y gloria vuestra Amen. 

TERCER DIA.

Dios y Señor de los Príncipes, los cuales por medio de los Ángeles y Arcángeles, alumbrando, instruyendo y mandando, cuidan de la salud de los hombres según la disposición de vuestra divina voluntad: yo os ofrezco los merecimientos de estos celosísimos espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, el cual instruyó al joven Tobías para que conociese la medicinal virtud de las entrañas de aquel pez, y le alumbró el modo perfecto y santo que había de tener con su esposa Sara, para lograr sin peligros el fruto de bendición: yo os suplico que me concedíais la instrucción y luz de este santo Arcángel, para conocer la especial medicina de mi alma, y el acierto en el estado en que me pusiere vuestra santísima mano, y la petición que os hago en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amen. 

CUARTO DIA

Dios y Señor de las Potestades, que tienen especial poder para refrenar a los demonios; yo os ofrezco los merecimientos e estos poderosísimos espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, a quien disteis la singular potestad para que ligase y encadenase en el desierto del superior Egipto al cruel enemigo de la pureza y astuto demonio llamado Asmodeo, defendiendo, por este medio, a los hombres de sus abominables asechanzas: yo os suplico que me concedáis la gracia y virtud de la pureza, defendiendo mi alma de las tentaciones de este cruel enemigo, y me deis lo que pido en esta novena, a mayor horna y gloria vuestra. Amen.

QUINTO DIA

Dios y Señor de las Virtudes, por las cuales hacéis milagros y prodigios propios de vuestro soberano poder: yo os ofrezco los merecimientos de estos soberanos espíritus y los de nuestro Arcángel San Rafael, por quien obró vuestra poderosa mano los milagros de dar vista al anciano Tobías, liberar del pez a su hijo, defender a Sara de las contumelias  de su criada, y darle logro feliz de su matrimonio con dichosa sucesión: yo os suplico que por la mano de este santo Arcángel, ejecutéis en mi alma los prodigios de darme luz para conoceros, pase seguro para seguiros, tolerancia para sufrír las injurias; y confianza para esperar el remedio; y me deis lo que os pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amen. 

SEXTO DIA.

Dios y Señor de las Dominaciones que presiden a todos los espíritus inferiores, ministros de vuestra Providencia, los que se sujetan a vuestra voluntad, prontos siempre para ejecutarla: yo os ofrezco los méritos de estos excelentes espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, que siendo de los supremos y superiores espíritus se humilló y rindió mostrándose como siervo, para conducir  al joven Tobías, restituyéndole a su casa después de haberle instruido en perfecta obediencia a su anciano padre, y pacífico gobierno con su esposa y familia: yo os suplico que me concedáis una pronta y eficaz obediencia a todos mis mayores y superiores; y la petición que hago en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amen. 

SEPTIMO DIA.

Dios y Señor de los Tronos, en quien descansáis como en trono de vuestra gloria y asiento de vuestra Majestad: yo os ofrezco los ofrecimientos de estos altísimos espíritus, y los de vuestro Arcángel San Rafael, que después de los trabajos de aquel dilatado y peligroso camino en que acompañó a Tobías, le pasó al descanso y quietud de su familia, logrando como gran consuelo todos los bienes que por su dirección había conseguido. Yo os suplico que me concedáis el descanso y quietud de vivir siempre en el amparo de vuestra altísima Providencia y otorgad la petición que os hago en esta novena a mayor honra y gloria vuestra. Amen.   

OCTAVO DIA.

Dios y Señor de los Querubines, que están adornados de perfectísima sabiduría: yo os ofrezco los merecimientos de vuestro Arcángel San Rafael, que con su admirable sabiduría se dio a conocer manifestando su excelentísima naturaleza a sus dos encomendados, Tobías y su hijo, y les reveló los soberanos secretos y maravillas de Dios, dejándolos muy lustrados en su conocimiento y santo temor: yo os suplico que por la ilustración de este Santo Arcángel, alumbréis mi entendimiento para que yo logre la verdadera ciencia de saber serviros, agradaros y temeros; y también me otorguéis la gracia que os pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amen. 

NOVENO DIA.

Dios y Señor de los Serafines que os aman con amor ardientísimo: yo os ofrezco los merecimientos de estos abrasados espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, que con el fuego de su ardientísima caridad, dejó encendidos los corazones de toda aquella familia del santo anciano Tobías, en amor y deseo de servir a vuestra soberna Majestad, con verdadero y perseverante agradecimiento de los favores que recibieron de vuestra mano: yo os suplico que abraséis con vuestro divino amor el velo de mi tibia voluntad, encendáis mi apagado corazón en un perpetuo agradecimiento a vuestros beneficios, contínua perseverancia en el camino de la virtud y me deis lo que os pido en esta novena a mayor honra y gloria vuestra. Amen. 

ORACION.

al glorioso Arcángel San Rafael, que se podrá rezar todos los días, para tenerlo propicio en todas las necesidades espirituales y corporales que se ofrecen.

 

Santísimo Arcángel San Rafael, príncipe grande de la corte del cielo: grande en los demás bienes de la sabiduría y de la gracia de Dios: príncipe de los médicos, y perfecta curación de todas las enfermedades: guía de los ciegos, luz de los caminantes, consuelo de los afligidos, consejero para elegir estado, proveedor de los necesitados, protector de los partos, presidente de los matrimonios, dándoles sucesión para unión: ligador del demonio Asmodeo, celador de la honra de Dios, oferente de la limosna y del ayuno. ¡Oh soberano Arcángel,  cuál es tu grandeza que no cabe más que en los coros de los ángeles! Y cuál ha de ser tu piedad conmigo, concediéndome la que te suplico, y cuanta obligación ha de ser en mí reconocer los beneficios que espero de la Majestad de Dios, por tu eficaz intercesión. ¡Oh soberano Arcángel! Guíame, para que la miseria de mi fragilidad no tropiece en tanto peligro, gobernándome la lengua sólo para hablar el Señor, y desear el bien del prójimo: ablanda mi corazón al sentimiento de las ofensas de Dios, y la crueldad que hubiere tenido contra mis enemigos. Desata, santo mío, los nudos de la miseria de mis manos, para hacer todo el bien que pueda por los pobres. Débaos yo estos favores, todos tan de vuestra cardad, para que digan lo que Tobías, pues por tu intercesión gozó salud en el alma y en el cuerpo y muchos bienes e hijos, viviendo en santa paz él y su esposa, su padre y suegro, y después gozaron de la luz de Dios. Todo lo espero yo, soberano Arcángel, gozar por tu amor; y te hago voto de ser tu amigo, y hacer cuanto bien pueda por los pobres, en horna y gloria de Dios y de la Santísima Reina de los ángeles y agrado tuyo y de los coros de los ángeles, por quien te suplico me amparéis para el acierto de todo. Y asimismo, soberano Arcángel, reconozca México en la ocasión presente de tanta enfermedad, de contagio de nuestros pecados, el remedio del Señor: por tu soberana caridad, santo, haya paz entre los príncipes cristianos. Mirad el riesgo de la conciencia. Mirad la pérdida de vidas y lo que se destruye a caudales. No permitáis entren los herejes al corazón más puro de la cristiandad: alcanzad este favor de la Majestad de Dios, y pues asistís al trono, poned, santo mío, por intercesora a la Reina de los ángeles. Decidle de nuestra parte que ha de ser quien serene la tormenta de este contagio de nuestras culpas, y que esperemos el perdón por ser nuestra abogada. Vos, soberano príncipe, que en tantas ocasiones habéis dado a entender tanto amor a los mortales, resucitad en esta ocasión nuestra gratitud; para que reconociendo el yerro, alabemos al Señor por tantos favores, y el favor tan grande de haber destinado un príncipe de sus corte para remediarnos de todos los males y guiarnos al buen camino, para gozar de su gloria eternamente. Amen.

 

HIMNO AL SANTO,  Por el Sr. Br. D. José Manuel Sartorio.

A VISPERAS Y MAITINES.

Tibi Chiriste splendor Patris, etc.

 

A ti Cristo, que del Padre

Eres brillante esplendor,

A ti de las almas vida

Y virtud del corazón.

En presencia de tus ángeles

Con el afecto y la voz,

Alternando melodías

Cantando esta canción.

Te alabamos, venerando

Al soberano escuadrón

De aquellos excelsos príncipes

Que en el cielo te dan loor.

A Rafael especialmente

Que es medicina de Dios,

Que fue compañero fiel,

Y que a Asmodeo ligo.

Con la custodia de este ángel

¡Dulcísimo Salvador,

De nosotros echa lejos

Toda enemiga traición!

Y limpios de cuerpo y alma,

Al Paraíso de Sión

Llévanos dulce y benigno

Por clemencia y por favor.

Al Padre, gloria cantemos,

Con dulce modulación,

Cantémosle gloria a Cristo,

Cantémosle al santo amor.

 

LAUS DEO.

 

El Hmo. Y Rmo. Sr. D. Fr. José María de Jesús Belaunzarán, concedió a toda la persona de ambos sexo 200 días de indulgencia por cada palabra de las contenidas de esta Novena de San Rafael.   

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